Líbano: Más agua, menos tensiones
Desde 2019, el Líbano vive una grave crisis económica, al tiempo que acoge alrededor de un millón y medio de refugiados sirios. No es posible garantizar un acceso suficiente a agua potable para todos y eso provoca tensiones. En el valle de la Becá, la COSUDE dirige un proyecto que utiliza la digitalización y la energía solar para mejorar la gestión del agua. El proyecto también aspira a calmar las tensiones en torno al agua, sumándose a los esfuerzos más amplios que Suiza despliega en ese ámbito en el Líbano.
La COSUDE ha rehabilitado la estación de bombeo de agua de Fekha, que ahora funciona con energía solar. © COSUDE
El valle de la Becá se encuentra entre dos cadenas montañosas, a una altitud media de mil metros. Tiene ciento veinte kilómetros de largo y dieciséis de ancho; superficie que representa el 42% del territorio libanés. De acuerdo con las estimaciones del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), el valle tenía 1,5 millones de habitantes en 2023. Un millón de ellos era de nacionalidad libanesa. Del medio millón restante, unos ocho mil eran palestinos y los demás, mayoritariamente refugiados sirios. Cabe destacar que el número de refugiados sirios varía entre fuentes. Algunas de ellas calculan que alcanzan el millón.
El crecimiento demográfico derivado de la crisis siria, combinado con la grave crisis económica, ha exacerbado las tensiones por el acceso al agua. En el valle de la Becá se ha registrado un aumento de los ataques contra las infraestructuras de abastecimiento de aguas. Las conexiones ilegales a la red de agua se han multiplicado, al igual que las disputas entre consumidores.
Digitalización y obtención de datos en tiempo real
Tales son las complejas circunstancias en que la COSUDE lleva adelante un proyecto para promover un acceso equitativo al agua potable. En colaboración con los servicios de aguas del valle de la Becá (Bekaa Water Establishment), la COSUDE trabaja para mejorar la gestión del agua y de las infraestructuras. El objetivo es también calmar las tensiones intracomunitarias. El proyecto, que comenzó en 2015, ha cosechado ya múltiples resultados.
En primer lugar, en el ámbito de la digitalización. Las cincuenta mayores estaciones hidráulicas han sido conectadas a un centro de datos desde el cual, gracias a la instalación de sensores y a la tecnología 4G, es posible analizar en tiempo real los niveles de agua, caudal y presión de cada estación. Dicho sistema, conocido por sus siglas en inglés, SCADA (Supervisory Control and Data Acquisition), permite además establecer niveles mínimos y máximos de distribución de agua, así como regular las bombas a distancia. El sistema abarca en la actualidad la mayor parte del territorio del valle de la Becá y abastece a unas 700 000 personas.
Para Andrés Devanthery, jefe de proyecto en el terreno, los datos que recopila el centro permiten gestionar objetivamente el consumo de agua. "Algunos habitantes del valle se quejan ante las autoridades municipales acusándolas de proporcionar más agua a otras comunidades en perjuicio de otras. Con esos datos podemos demostrarles de forma objetiva la cantidad y la frecuencia de consumo de agua de cada lugar", explica este experto en aguas y saneamiento del Cuerpo Suizo de Ayuda Humanitaria.
El sistema también permite tomar decisiones estratégicas sobre el mantenimiento de las infraestructuras. "Por ejemplo, gracias a los datos podemos supervisar los patrones de rendimiento de cada bomba y pedir reparaciones preventivas en aquellas que muestran indicios de obsolescencia. En algunos casos, la estación de bombeo es tan antigua que repararla es demasiado caro. Teniendo en cuenta que sustituir una sola bomba de agua de 100 kW puede costar hasta 20 000 dólares, para el municipio en cuestión es fundamental disponer de datos fiables para valorar si merece la pena hacer tal inversión", concluye Andrés.
Energía solar: la solución ante la falta de electricidad
La instalación de paneles solares en las infraestructuras representa otro gran logro del proyecto de la COSUDE. En 2019, la agencia aplicó esta idea pionera de recurrir a la energía solar en los proyectos hidráulicos. Unos meses más tarde, el Líbano entró en una crisis económica que aún perdura. Desde entonces, todo el país soporta cortes eléctricos que inciden negativamente en todos los aspectos de la vida cotidiana, entre ellos, el acceso al agua. "Una proporción importante del agua se extrae de las capas freáticas. Si no tienes electricidad para el generador, simplemente te quedas sin acceso al agua", observa Ramzi Ibrahim, que trabaja con Andrés Devanthery en la oficina de la COSUDE en Zahle, en pleno centro del valle de la Becá.
El ingeniero del proyecto cuenta que, gracias a la instalación de paneles fotovoltaicos en las estaciones de agua, algunas localidades han pasado de tener una hora diaria de electricidad a tener siete. "Seleccionamos las zonas que presentaban riesgo de conflicto por el agua. A veces, se debe a la topografía. Por ejemplo, la ciudad de Fekha tiene un salto de agua que la atraviesa. Los habitantes que viven río abajo siempre tienen agua, porque esta fluye a raudales por las tuberías gracias a la gravedad. Todo lo contrario ocurre río arriba, en la zona alta de la ciudad, donde los habitantes han manifestado su enfado porque no tienen electricidad para bombear el agua. Hay muchos más casos como el de Fekha en el Líbano, y gracias a las instalaciones fotovoltaicas hemos podido resolver el problema. Y además, es un buen ejemplo de utilización de energía limpia que vela por la sostenibilidad de los resultados", concluye Ramzi Ibrahim.
El agua: recurso codiciado y fuente de tensiones
La prevención de los conflictos relacionados con el agua es otra de las prioridades del proyecto de la COSUDE. Amal Abou Hamdan, especialista en la materia, es miembro del equipo de la COSUDE en Zahle. Según explica, cada decisión debe ser tomada en función de un riguroso análisis de las tensiones potenciales. "Procedemos a estudiar el contexto, las necesidades y las instancias con poder decisorio en cuanto al uso del agua. Esos aspectos difieren entre un pueblo y otro. A veces, el agua es desviada para fines agrícolas en detrimento de las necesidades de agua potable de la población", precisa Amal.
En el Líbano, el abastecimiento de agua puede obedecer a criterios como la afiliación política o religiosa. El valle de la Becá es un mosaico religioso con importantes comunidades musulmanas chiitas y suníes, cristianas y drusas. "Organizamos reuniones públicas con cada comunidad y encuentros personales con sus jefes. El objetivo principal es localizar las posibles fuentes de tensión relacionadas con la utilización del agua, comprender la realidad de cada comunidad y explicar los desafíos en torno al consumo de agua. Les mostramos los datos de consumo y de caudal recopilados gracias a los sensores instalados en las estaciones de bombeo. Son conscientes de que nuestras recomendaciones se basan en datos fiables y libres de toda motivación política, religiosa o étnica", prosigue Amal. De hecho, las intervenciones de la COSUDE benefician a todas las comunidades.
Amal se esfuerza en sensibilizar también a sus compañeros. "Pueden proponer soluciones técnicas de última generación. Pero si el proyecto es percibido como una amenaza para los intereses de un grupo, no tendrán ninguna posibilidad de lograr los objetivos. Instalar paneles solares en un terreno agrícola no es una intervención fútil. Ya nos hemos encontrado con propietarios que nos han dejado claro que no nos permitirían instalarlas en sus terrenos. En otras ocasiones, es posible que algunas personas se enfaden porque se sienten excluidas del proyecto. Eso puede pasar cuando contratas a un proveedor de un pueblo para hacer algún trabajo en una estación hidráulica ubicada en otro pueblo. Por ello, es necesario dedicar mucho tiempo a hablar y disipar todas las dudas y miedos. La sensibilización sobre los riesgos de conflicto es pertinente en todas las fases del proyecto, desde la conclusión de contratos de suministro hasta la logística", concluye Amal.
También lo es en el mantenimiento de las infraestructuras y en las buenas prácticas de consumo de agua. Dado el encarecimiento del nivel de vida en el Líbano y el acceso desigual al agua, resulta fundamental preservar los recursos existentes. En el marco del proyecto, la COSUDE ha apoyado las campañas de sensibilización dirigidas por la juventud libanesa en las escuelas. En Baalbek, otra ciudad del valle de la Becá, la COSUDE ha respaldado una iniciativa lanzada por los jóvenes locales para recoger las aguas pluviales, y una vez tratadas, ponerlas a disposición de los habitantes de un barrio humilde de la ciudad.
Los resultados del proyecto de la COSUDE en el valle de la Becá no han pasado desapercibidos para las autoridades libanesas, que lo presentan a otros países donantes y organizaciones internacionales como ejemplo en que inspirarse. La instalación de paneles fotovoltaicos y la recopilación digital de datos para la gestión del agua son prácticas que ya se están propagando a otras regiones del Líbano que afrontan los mismos problemas.
En el ámbito de la energía solar, la COSUDE aspira a llegar aún más lejos con la introducción de un nuevo concepto que asocia energía solar e hidrogeología, gracias a un método perfeccionado en África. En consonancia con el habitual espíritu innovador de la COSUDE, esta técnica permite optimizar simultáneamente los recursos hídricos y energéticos.