Fiestas y costumbres en invierno

El invierno es la época del año en la que las fiestas tradicionales son particularmente numerosas en Suiza. Esta circunstancia se debe, por un lado, al hecho de que antiguamente los campesinos tenían más tiempo que en verano para dedicarse al festejo, y, por otro, al hecho de que hay más fiestas religiosas en invierno. Pero a veces también se explica por la sencilla razón de querer ahuyentar esta temporada impopular. 

Hombres disfrazados con atuendos y máscaras recorren el vespertino paisaje invernal.
Appenzell celebra con el desfile de los “Silvesterkläuse” el 13 de enero una tradición invernal suiza de apariencia mística. © Turismo Appenzell

San Nicolás y su acompañante

En la Suiza de expresión alemana, San Nicolás y su acompañante se llaman “Samichlaus” y “Schmutzli”, respectivamente. San Nicolás es el patrón de los niños. Cada año los visita el 6 de diciembre para recompensarlos con pasteles, nueces, chocolate y clementinas si se han portado bien. En cambio, “Schmutzli, un personaje vestido con un atuendo negro, asusta con su palmeta a los niños que no fueron obedientes a lo largo del año.

La Escalada en Ginebra

La fiesta de la Escalada en el cantón de Ginebra conmemora la defensa exitosa de la ciudad contra los ataques de las tropas católicas del duque de Saboya en el año 1602. Esta festividad se celebra el fin de semana más próximo al 12 de diciembre con fiestas de trajes, arengas oficiales y desfiles.

Adviento y Navidad

Durante las cuatro semanas que preceden a la Navidad se celebra en Suiza el Adviento. Tradicionalmente, los niños abren cada día una ventanita de sus calendarios de Adviento, detrás de las cuales se esconde una imagen o una golosina. También forman parte de esta festividad las coronas de Adviento, que llevan una vela por cada uno de los cuatro domingos anteriores a la Navidad, así como el árbol de Navidad decorado.

Mucha gente participa en los actos que acompañan la Fiesta de Navidad: conciertos, villancicos, mercados navideños y oficios religiosos. Los niños suelen desempaquetar sus regalos de Navidad en Nochebuena, el 24 de diciembre, o en la mañana del 25 de diciembre.

Carnaval

El final del invierno se festeja en casi todos los cantones suizos con carnavales, que tienen lugar en fechas distintas según las regiones. Los carnavales más célebres e importantes del país son los de Basilea y Lucerna. Conforme a mitos paganos y cristianos, las comparsas ahuyentan con sus máscaras feroces a los malos espíritus, mientras desfilan por las calles con acompañamiento musical.

“Trychler”, “Tschägättä” y otros personajes

A lo largo y ancho del país existen, sin embargo, muchas otras fiestas, especialmente en invierno. Esta circunstancia se debe probablemente al hecho de que los campesinos antiguamente tenían más tiempo en invierno. Muchas veces se trata en estas fiestas de espantar a los malos espíritus. Así por ejemplo, se celebra a finales de diciembre en el valle de Hasle, en el Oberland Bernés, un estruendoso desfile de hombres que hacen ruido con sus grandes cencerros. Estos hombres llamados “Trychler” forman parte de una tradición muy extendida.

Cada año entre el 3 de febrero y el miércoles de ceniza, los habitantes del valle de Lötschen, en el cantón del Valais, se convierten en personajes carnavalescos. Estos grupos de disfrazados llamados “Tschäggättä” recorren los pueblos llevando máscaras feroces de madera y pieles de oveja.

El 13 de enero recorren el país de Appenzell los llamados “Silvesterkläuse” con sus cascabeles y sus cantos devotos o cantando el “Zäuerli”, una variedad del yodel. Visitan las granjas, dan las felicitaciones de Año nuevo y reciben un regalo en dinero antes de seguir su camino. Los personajes “hermosos”, los llamados “Schöne”, llevan trajes de terciopelo y sombreros con adornos fastuosos que representan escenas cotidianas; en cambio, los “feos”, los llamados “Wüeschte”, desfilan con atavíos adornados con ramaje, hojas secas o paja y llevan caretas diabólicas. Finalmente, los “hermosos-feos”, los llamados “Schö-Wüeschte” van disfrazados con trajes hechos de ramos de abeto, musgo y materiales naturales.