Democracia y descentralización: cuando Mongolia se inspira en Suiza

Un país sin litoral, montañoso y democrático: ¿una descripción de Suiza? Sí, y también de Mongolia. Y no son los únicos aspectos que unen a los dos Estados. Del 14 al 22 de agosto, una delegación del Gobierno mongol viajó a Suiza para una visita oficial en el marco de la cooperación entre los dos países. Zolzaya Lkhagvasuren, ciudadana mongola que trabaja en la COSUDE como experta en gobernanza, comparte su punto de vista.

En las pantallas de su ordenador, un empleado de la Wasserverbund Region Bern comparte su trabajo con la delegación mongola.

La visita de la delegación de Mongolia, aquí intercambiando opiniones sobre la gestión regional del sistema de agua potable, se centró en ejemplos concretos. © COSUDE Mongolia

¿Sabía usted que Suiza fue el primer socio económico no socialista de Mongolia? Entre los dos países existe una larga tradición de cooperación.

Desde la adopción de su Constitución democrática en 1992, Mongolia ha realizado notables progresos desde el punto de vista político, social y económico, sobre todo en cuanto se refiere al establecimiento de instituciones democráticas. A fin de proseguir sus esfuerzos de democratización y descentralización, el Gobierno mongol deseaba conocer mejor el funcionamiento del sistema federal helvético. Suiza ha tenido, por tanto, la ocasión de compartir su experiencia con una delegación del Gobierno de Ulán Bator durante una visita oficial encabezada por la secretaria general del Parlamento mongol Luvsandorj Ulziisaikhan. Para comentar este intercambio, nos hemos entrevistado con Zolzaya Lkhagvasuren, quien, como experta de la COSUDE en materia de gobernanza y ciudadana mongola, tiene un punto de vista privilegiado en la encrucijada de estas dos realidades.

Retrato de Zolzaya Lkhagvasuren delante de un panel de celebración del 1 de agosto.
Zolzaya Lkhagvasuren celebró el 1 de agosto en Ulán Bator. © COSUDE Mongolia

Señora Lkhagvasuren, usted acompañó a la delegación integrada por altos representantes del Gobierno mongol durante su visita en Suiza. ¿Por qué se decidió organizar una visita a las instituciones helvéticas?

En primer lugar, cabe señalar que esta visita no constituye una iniciativa aislada. Lo que empezó en 2002 como un proyecto de ayuda humanitaria suiza para hacer frente a las consecuencias de los inviernos especialmente duros en Mongolia dio lugar a una serie de colaboraciones centradas en los retos de la democratización y descentralización del país. Para Mongolia, Suiza es un ejemplo en estos ámbitos. Dan fe de ello las referencias a la Confederación Helvética en algunos protocolos originales del establecimiento del Gobierno mongol de hace unos cien años. Más que de ejemplo, esta visita oficial ha servido para compartir experiencias prácticas en el ámbito de las políticas públicas a nivel local.

¿Cuáles eran los principales objetivos fijados para estos ocho días de visita?

En los años noventa, el Gobierno mongol inició una serie de reformas para mejorar la democratización y descentralización del país. Las bases legales y políticas existen, y visitar las instituciones nacionales e internacionales presentes en Suiza constituye un medio idóneo para adquirir experiencia y una visión práctica de la aplicación de estos principios. Durante la visita, se prestó una atención especial a la protección de los derechos humanos y la promoción de la igualdad de género.

¿Cuáles han sido, según usted, los momentos más destacados de esta visita?

La reunión con el embajador Thomas Gass, vicedirector de la COSUDE, brindó la oportunidad de hacer balance de los resultados logrados durante estos veinte años de cooperación al desarrollo y de reflexionar sobre el futuro de las colaboraciones que unen a los dos países.

La visita a la Unión Interparlamentaria en Ginebra fue también significativa. Los servicios parlamentarios mongoles han firmado un protocolo de acuerdo para promover la integración del respeto de los derechos humanos en los procesos legislativos y parlamentarios en Mongolia.

A título personal, opino que la visita a la Wasserverbund Region Bern (planta de tratamiento de aguas de la región de Berna) encarna a la perfección la esencia de esta visita sobre el terreno: pudimos ver in situ cómo las autoridades se organizan a nivel regional para garantizar el acceso de la población al agua y planificar una explotación sostenible de los recursos hídricos a fin de satisfacer las necesidades de los habitantes

La COSUDE apoya desde hace casi veinte años el desarrollo en Mongolia. ¿Nos podría dar algunos ejemplos de esta cooperación?

Se trata de una cooperación eficaz orientada siempre a la aplicación de soluciones prácticas. Se articula principalmente en torno a tres prioridades: la agricultura y la seguridad alimentaria, la educación y la gobernanza.

Estos últimos años, el Gobierno mongol ha llevado a cabo con éxito diversas reformas destinadas a mejorar los servicios públicos. Siguiendo la línea de este trabajo que intenta acercarse lo más posible a los problemas de los ciudadanos, la COSUDE apoya proyectos de digitalización en Mongolia, lo cual significa proyectos destinados tanto a hacer frente al riesgo de brecha digital como a facilitar el acceso de la población a la información. La COSUDE ha trabajado con el Gobierno mongol para establecer, a nivel local, oficinas que ofrezcan diversos servicios digitales a los ciudadanos y ciudadanas, tales como el registro de datos biométricos o la expedición de certificados de nacimiento.

Otro de los proyectos emblemáticos de esta cooperación bilateral es el proyecto de producción de patatas. Las patatas constituyen un alimento de base en Mongolia, sobre todo entre la población desfavorecida. No obstante, antes de 2004, era un producto que mayormente se importaba de China. Hay que decir que las condiciones meteorológicas en Mongolia, con sus inviernos fríos y secos, son poco propicias a su cultivo. A tal efecto, la COSUDE, en colaboración con los agricultores locales, llevó a cabo estudios para determinar qué variedades de patatas tenían posibilidades de crecer bien en las tierras mongolas, de modo que la producción nacional pudiera ser autosuficiente. Un proyecto similar, actualmente en curso, intenta desarrollar una producción autosuficiente para otros tipos de verduras.

Dos agricultores del Mongolian Potato Project posan con el producto de sus cultivos.
El Mongolian Potato Project, una colaboración entre la COSUDE y los agricultores locales, ha llevado a la autosuficiencia nacional en la producción de patatas. © COSUDE Mongolia

¿Cómo ha apoyado Suiza estos últimos años los esfuerzos de Mongolia en materia de gobernanza?

Si bien en Mongolia existen instituciones y procesos democráticos, su puesta en práctica todavía debe optimizarse y extenderse a todo el país. Y es precisamente ahí donde Suiza, basándose en su propia experiencia, puede desempeñar un papel. Con tal propósito, una delegación del Gobierno mongol asistió a un curso de formación en el Centro de Estudios Democráticos de Aarau, en el que los participantes recibieron información práctica sobre la democracia directa y los procesos participativos.

Asimismo, es fundamental trabajar sobre el terreno, educar a la población en los principios democráticos. Si el Gobierno tiene responsabilidades para con sus ciudadanos, estos tienen, por su parte, el deber de comprender y hacer vivir la democracia de su país. Esta tarea no se limita a la elección de sus representantes. Por este motivo, la COSUDE apoyó, por ejemplo, la creación en 2021 de un programa de educación parlamentaria destinado a sensibilizar a los jóvenes sobre la importancia de una democracia sana. ¿Cómo funciona un Parlamento? ¿Cómo se redacta una ley? Estas son algunas de las preguntas que se abordaron en este programa que en el futuro se implantará a escala nacional. Anclar y normalizar estos principios de gobernanza democrática y de respeto de los derechos humanos en la población supone una tarea esencial.

Usted misma es ciudadana mongola. ¿Qué piensa de la labor de la COSUDE en su país?

Ahora hace diez años que trabajo para la COSUDE. Mi opinión, como ciudadana mongola, es que la ayuda suiza al desarrollo es audaz y pragmática. Interviene donde otras instancias podrían determinar que se trata de un reto demasiado grande. Pienso por ejemplo en el proyecto “Public Investment in Energy Efficiency”, un importante trabajo sobre la eficiencia energética de los edificios públicos, especialmente de las escuelas. Habida cuenta de los duros inviernos en Mongolia, la mejora del aislamiento de estos edificios tenía por objeto principal preservar la salud de los alumnos, permitiendo realizar al mismo tiempo ahorros energéticos y presupuestarios considerables, también para las familias. Este dinero, luego, puede invertirse de manera transparente en otros proyectos sostenibles.

Por todo ello, creo que la población local tiene una opinión favorable de la ayuda de la cooperación suiza, ya que suele intervenir en problemas concretos de su vida cotidiana.

¿Por qué la democratización y la descentralización son un reto para Mongolia?

Las cifras hablan por sí mismas. Mongolia es un territorio casi 38 veces más grande que Suiza, pero, con unos 3 300 000 habitantes repartidos de manera muy desigual, es el país menos poblado del mundo. El éxodo rural ha llevado a la población hacia la capital Ulán Bator, donde se concentra más de la mitad de los residentes del país. Garantizar el acceso de todas las personas a los servicios y los recursos nacionales representa al mismo tiempo un desafío y un deber para el Gobierno.

La COSUDE abrió una Oficina de Cooperación en Mongolia en 2004. Desde 2012, a petición del Gobierno mongol, colabora sobre todo en cuestiones relativas a la democratización y descentralización del país. En 2024, esta cooperación al desarrollo bilateral finalizará, pudiendo dar paso a otras formas de colaboración. La retirada conllevará garantizar y mantener los resultados obtenidos durante estos veinte años de colaboración.

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