La historia en dos Concertos


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Novedades locales, 14.11.2022

El décimo mes de 1885 fue inaugurado, en el número 100 del habanero Paseo del Prado, el Conservatorio Nacional de Música, primero en su tipo de la ciudad. Obra de Hubert de Blanck, cubano por derecho propio, que predicaba una vida de alternancia entre prestancias al Ejército Mambí, pedagogo del piano y compositor. El holandés, llegado a Cuba para interpretar a Rubinstein ante un público ajeno, se enamoró del país y se radicó definitivamente en La Habana.

Quinteto de música
Quinteto de música © Habana Clásica

De Blanck, quien tanto amaría el país como para escribir la primera Ópera a su independencia, Patria, contribuyó como nadie a su florecimiento musical y, luego de recopilar algunas partituras olvidadas, se rescata su espíritu musical en ocasión de la IV Edición del Festival Habana Clásica, un festival que quedará en la historia no solo por su programa, sino por estrenar obras de las que no se tiene constancia en el pasado. Marcos Madrigal, Director artístico, dedica un concierto monográfico en homenaje a este compositor holandés, devenido cubano, reuniendo un elenco de lujo que, además, se acercara a sus orígenes. Para ello ha invitado a los holandeses Tijmen Huisingh y Willem Stam, violín y violonchelo, respectivamente, junto al piano de Karla Martínez, el violín de Lisbet Sevila y en la viola, Anolan González, tres cubanas al escenario. Quinteto de estreno, partituras encontradas en viejos archivos, para quedar grabadas en la memoria histórica y documentadas en el Patrimonio musical.

Pero La Habana es musa de Maestros, decimonónicos y del presente. Inspiración de sensibilidades enlazadas. Así llegamos a José María Vitier, Maestro tan querido por el pueblo cubano, autor de tantas obras que han marcado la memoria individual, nacional, fruto de la ilustre familia Vitier García Marruz. Pone a nuestra disposición, una vez más, junto a la Orquesta Sinfónica Nacional, la obra más hermosa que se le pudiera escribir a la ciudad, rondando sus quinientos años, Habana Concerto. Un paseo por cinco siglos de sonoridad habanera. Del barroco a la contemporaneidad.

Tres movimientos y un Epílogo: Pórtico, con la flauta de la Maestra Niurka González, como si para su sutileza fuera concebida, Mediopunto para violín, por la joven Yilian Concepción como solista, que nos brinda una abrumadora presentación, y Vitral, en el piano de Marcos Madrigal, que interpreta como si la obra fuera suya, regalando el virtuosismo que Vitier soñara para su obra. El Epílogo reúne a toda la Orquesta y los tres Solistas, para un último movimiento formidable en el que no faltan las típicas melodías cubanas que, como una plegaria para su destino, como bien escribiera Silvia Rodríguez, se alza como homenaje al devenir de la ciudad.

Habana Clásica, un proyecto de muchas luces, se mueve por la ciudad como para adueñarse de sus tiempos. Dos conciertos para La Habana, salidos del Centro Histórico, esparcidos en lugares de estreno para el Festival: el Oratorio San Felipe Neri, en la esquina de Obrapía y Aguiar, fundado en el Siglo XVII y la Sala Covarrubias del Teatro Nacional, que acerca la música a los segmentos más modernos de la ciudad de La Habana.

Dos conciertos que ya figuran en la historia y serán recordados, archivados, estudiados e interpretados décadas, siglos después, por las nuevas generaciones. Hoy, gracias al Festival, producto de la colaboración de la Embajada Suiza en Cuba, donante líder de esta edición, junto a la Oficina del Historiador de la Ciudad, y su empeño de salvaguardar el patrimonio musical cubano, somos protagonistas de esta historia.