Suiza tiene el privilegio de disponer de abundantes recursos hídricos. Lagos y ríos cubren un cuatro por ciento de la superficie del país. Existen alrededor de 1500 lagos y los cursos de agua alcanzan un longitud acumulada de aproximadamente 61'000 kilómetros. Suiza posee el seis por ciento de las reservas europeas de agua dulce. El Ródano, el Rin y el Eno nacen en Suiza. En verano, las cuencas del Rin, del Ródano, del Po y del Danubio se benefician de las aguas que emanan de los Alpes.
Lagos y ríos
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Con sus grandes lagos – el lago Lemán y el de Constanza–, sus 1.500 lagos más pequeños y sus innumerables ríos, Suiza sirve de gigantesca reserva hídrica en el corazón del continente. Es por eso que muchas veces se la designa como depósito acuífero de Europa.
El régimen hídrico se alimenta del excedente de precipitaciones, de las aguas de manantial y de las reservas hidrológicas retenidas en las capas de nieve y en los glaciares; de tal forma que se encuentra una gran variedad tipológica de lagos y ríos. Además, los lagos y ríos suizos destacan por la calidad de sus aguas, por lo que se prestan para el baño en casi todas partes.
Los lagos suizos
La mayoría de los lagos suizos nacieron de antiguos glaciares que se habían formado durante el período glacial. Los lagos más grandes del país se sitúan al pie del Jurá: el lago Lemán y los lagos de Neucastel y de Biena. El lago Lemán, en la frontera franco-suiza, es el más grande de Europa occidental. El lago más grande enteramente rodeado por territorio suizo es el de Neucastel con una superficie de 218 km2. El lago de Constanza y el lago de Zúrich se encuentran en la Planicie central. En los Prealpes y en la vertiente septentrional de los Alpes se sitúan los lagos de Thun, de Brienz y de Zug, así como el lago de los Cuatro Cantones. El lago de Lugano y el lago Mayor se encuentran en la franja meridional de los Alpes. Además, hay que contar también los cientos de pequeños lagos naturales y embalses, sobre todo en los Alpes.
El macizo del San Gotardo marca la línea divisoria de las aguas
Suiza contabiliza alrededor de 61.000 km de cursos de agua. Con cerca de 11.000 km, el cantón de los Grisones suma la cifra más elevada del país. Entre los principales ríos de Suiza, el Ródano, el Rin, el Reuss y el Tesino tienen su fuente en el macizo del San Gotardo, mientras que el Eno nace en los Alpes grisones y el Aar en los Alpes berneses. El paso de San Gotardo constituye la divisoria hidrológica entre el Mediterráneo y el mar del Norte. El Reuss confluye con el Aar, que luego desemboca en el Rin en Coblenza, en el noroeste de Suiza. El Tesino desemboca en el Po en Italia. Entre los grandes ríos europeos, el Rin recorre en Suiza una distancia de 375 km, mientras que el curso suizo del Ródano alcanza los 264 km y el del Eno, unos 90 km. El Rin desemboca en el mar del Norte, el Ródano en el Mediterráneo y el Eno, tras confluir con el Danubio, en el mar Negro. Durante los meses estivales, las cuencas fluviales del Rin, del Ródano, del Po y del Danubio se beneficien de las masas de agua que emanan de los Alpes.
Agua potable
Las aguas constituyen una base vital esencial para el hombre, la fauna y la flora. Suiza es reconocida por la calidad de sus aguas freáticas. El agua potable que consume la población, es de una calidad excelente. De modo que un 38% del agua potable no necesita ningún tratamiento antes de su distribución a los consumidores. En Suiza, los hogares consumen un promedio de 162 litros de agua por persona y día. La mayoría de los pozos suizos dispensan agua potable.
La fuerza hidráulica, una fuente de energía
En Suiza, la fuerza hidráulica suministra el 60% de la electricidad producida. Dos tercios de esta producción se realizan en los cantones alpinos de Uri, los Grisones, el Tesino y el Valais. Gracias a su topografía favorable y a su alto nivel medio de precipitaciones, Suiza reúne las condiciones idóneas para explotar la fuerza hidráulica. La fuerza hidroeléctrica sigue siendo la principal fuente de energía renovable del país.