El objetivo de desarrollo sostenible 16 concibe las cuestiones de paz a través de la reducción de todas las formas de violencia y de los flujos de tráfico de armas. El enfoque 16+ considera no solo los aspectos ligados al género, al trabajo y a la seguridad humana, sino también los destinados a promover migraciones seguras y una cultura de paz.
Mediante su acción en países o regiones como Camboya, Colombia, Malí o Túnez, Suiza trabaja en la prevención de la violencia y del extremismo violento, en la reforma del sector de la seguridad y en su buena gobernanza, así como en la lucha contra las minas antipersona. Suiza trabaja igualmente para mejor valorar las sinergias existentes entre los instrumentos de ayuda humanitaria, de desarrollo y de transformación de conflictos a través de lo que se denomina el nexo humanitario-desarrollo-paz.
Suiza mantiene estrechas relaciones con el sistema multilateral. Su compromiso en las crisis prolongadas, tradicionalmente de índole humanitaria, moviliza hoy por hoy cada vez más los instrumentos de desarrollo y de seguridad humana. Para los donantes, incluida Suiza, esta evolución constituye un compromiso internacional en pro de una mayor coherencia en el envío de la ayuda, la transformación de los conflictos y la cooperación al desarrollo. Recientemente, Suiza se ha embarcado en un proceso de reforma humanitaria, conocido como el «Grand Bargain», basado en la Cumbre Humanitaria Mundial y la Declaración de Nueva York sobre Refugiados y Migrantes. La COSUDE también se compromete a implementar y a anclar a nivel institucional estos compromisos internacionales.
La prevención del extremismo violento forma parte de la política de consolidación de la paz y del Estado llevada a cabo por Suiza. Mediante sus acciones en este ámbito, Suiza contribuye a apoyar a sus contrapartes a fin de eliminar lo que crea el caldo de cultivo para el extremismo violento, a la vez que erradica las causas directas y estructurales que lo alimentan. Asimismo, se esfuerza por contribuir a instaurar contextos sociales en los que la cohesión social permita no abandonar a quienes se vean tentados a recurrir a la violencia por motivos económicos, ideológicos, políticos, religiosos o sociales. Se deben ofrecer oportunidades y alternativas especialmente a los jóvenes.
Suiza trabaja en estrecha colaboración con la sociedad civil, con énfasis en las mujeres y los jóvenes como contrapartes importantes en la prevención. Participa en numerosos foros internacionales y regionales, especialmente en África del Norte y el Sahel. Asimismo, apoya la cooperación internacional y, en particular, los partenariados público-privados, tales como la comunidad global de participación y el fondo para la resiliencia (GCERF) con sede en Ginebra. El GCERF es el primer mecanismo de apoyo a los esfuerzos locales y a las iniciativas comunitarias para reforzar directamente su resiliencia frente al extremismo violento. En la encrucijada de las cuestiones de seguridad y de desarrollo, esta comunidad de práctica y este fondo se comprometen a fomentar los partenariados y las consultas con los gobiernos, la sociedad civil y el sector privado en los países beneficiarios con el fin de abordar los factores locales propicios para suscitar tales actos.
Los tres centros de Ginebra: el de Control Democrático de las Fuerzas Armadas (DCAF), el de Política de Seguridad (GCSP) y el de Desminado Humanitario (GICHD) son importantes contribuciones de Suiza a la seguridad y a la paz internacionales. Los tres centros se han bien establecido en las dos últimas décadas y han contribuido a reforzar la Ginebra internacional. El nuevo crédito marco para la continuación del apoyo a los tres centros de Ginebra se ha fijado en 128 millones de CHF para el período 2020-2023. Con la concesión de este crédito, Suiza se propone contribuir a un orden internacional justo y pacífico, tal como se establece en el artículo 2 de la Constitución federal.
Control Democrático de las Fuerzas Armadas, Ginebra (DCAF)
Pese a los éxitos de la Convención de Ottawa de 1997 sobre la prohibición del empleo, almacenamiento, producción y transferencia de minas antipersona y sobre su destrucción y pese al relativamente bajo número de víctimas de minas en comparación con las otras víctimas de la violencia, de enfermedades o de accidentes, las minas antipersona siguen siendo fuente de sufrimiento y de exclusión para las personas afectadas. En el marco de sus proyectos de desarrollo y de ayuda humanitaria, la COSUDE se compromete a llevar a cabo actividades de desminado humanitario, de abogacía a favor de la Convención de Ottawa, de educación en el riesgo de minas, así como de asistencia a las víctimas.
Conforme a su Estrategia Antiminas 2016-2022, Suiza ha centrado sus esfuerzos en
En 2017, la Confederación suiza invirtió 22.3 millones de CHF en el campo de la acción contra las minas. Hasta ahora se han llevado a cabo acciones en Angola, Eritrea, Colombia, Burundi, Mozambique, República Democrática del Congo, Sri Lanka, Afganistán, Georgia y Colombia.
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