Una cultura de debate que implique a todos
Dar voz y hacer que se escuche a los jóvenes, a las mujeres y a los grupos marginados: Este es el objetivo del proyecto "Debatir nuestro destino", que la COSUDE apoya en el mundo árabe para que estas personas puedan participar activamente en el discurso político y social.
El programa en línea "Jeel Al Jay", dirigido por jóvenes periodistas, pretende fomentar la libre expresión de opiniones, especialmente de los grupos de población poco representados. © Munathara Initiative
"Si caminamos 100 metros en cualquier dirección desde este estudio, todos podemos comprar papel de fumar en una tienda de comestibles o en un quiosco. ¿Quién lo ha importado? ¿Quién lo distribuyó a las 35.000 tiendas del país? Igual de hipócrita: Detener a la gente por consumo de drogas, meterla en la cárcel y luego soltarla, sólo para volver a atraparla por el mismo motivo", protesta Ghazi Mrabet, abogado y activista de derechos humanos. El tunecino participó en un debate en su país sobre la necesidad de reformar la Ley 52, que prohíbe los estupefacientes y el consumo de drogas.
Esta ley no combate las drogas, sino que se utiliza para reprimir, critican las ONG. La Ley 52 se aprobó en 1992 bajo el mandato del entonces presidente autocrático Zine El-Abidine Ben Ali. Según la organización Human Rights Watch, es responsable de un tercio de la población carcelaria de Túnez y afecta sobre todo a los jóvenes. El Estado sólo es capaz de hacerles frente con represión y violencia policial, critican las ONG: el 30 de enero de 2021, tres hombres fueron condenados a treinta años de cárcel cada uno por fumar un porro en un estadio.
La sentencia judicial causó revuelo y enfado entre la población. Seis semanas después, se discutió en un debate público de dos horas en el que participaron jóvenes, activistas, miembros de la sociedad civil, profesionales de la salud, analistas y académicos. El objetivo era esbozar posibles soluciones y enmiendas a la controvertida ley.
El debate, denominado "Townhall", fue organizado por la Iniciativa Munathara, que cuenta con el apoyo de la COSUDE. La organización, con sede en Túnez, promueve el debate y la libertad de expresión entre los jóvenes, las mujeres y los grupos marginados en el mundo de habla árabe para que estas personas puedan desempeñar un papel más importante en el discurso político, social, económico y cultural.
Tras la Primavera Árabe de 2011, la cultura del debate en la región recibió un enorme impulso. En la televisión se produjeron todo tipo de programas sobre cuestiones políticas y sociales, en los que se debaten diferentes puntos de vista. Sin embargo, muchos de estos programas están más orientados al sensacionalismo y a las cifras de audiencia que a los principios periodísticos.
99 segundos a favor o en contra
El proyecto regional "Debatir nuestro destino" pretende ayudar a formar líderes de opinión de categorías anteriormente infrarrepresentadas. Se está llevando a cabo en Túnez, Marruecos, Argelia, Egipto, Libia, Líbano, Jordania y los Territorios Palestinos. El cabildo sobre la Ley 52 sobre estupefacientes y consumo de drogas fue seguido por más de tres millones de personas en las redes sociales en Túnez y más de 200.000 en Marruecos y Argelia. El año pasado se celebraron otras rondas de debate sobre los siguientes temas: "¿Necesitamos una nueva Constitución?", "Inmigración ilegal, ¿por qué?" y "¿Hay que privatizar las instituciones públicas?".
Para encontrar participantes para los programas de duelo televisivo, se celebra un concurso en línea para cada programa. "Los candidatos tienen que grabar un discurso a favor o en contra sobre el tema respectivo y subirlo a la página web de la Iniciativa Munathara. Los vídeos no deben durar más de 99 segundos", explica Belabbès Benkredda, fundador y director de la Iniciativa Munathara. Es importante una buena calidad de grabación y una argumentación clara.
Las dos personas que reciban más puntos del público y del jurado serán invitadas a un debate en directo, moderado por periodistas profesionales. "Ambas personas tienen el mismo tiempo de palabra que los políticos", subraya Belabbès Benkredda.
Talleres de debate para grupos marginados
Los formadores de la Iniciativa Munathara también organizan talleres de debate en grupos marginados que no tienen acceso a la competición en línea. Los participantes aprenden a expresar sus opiniones de forma constructiva, a influir en el debate público y a respetar otras opiniones. "Al final de cada sesión, los jóvenes que quieren aparecer en un programa pueden grabar y subir su declaración de 99 segundos", añade Belabbès Benkredda.
Shedy Mimouna participó en uno de esos talleres y le pareció una "experiencia enriquecedora y especial": "Gané mucha confianza en mí misma y di un gran paso adelante en mi vida". En la ciudad costera de Monastir, asumí la presidencia de la asociación Moughairoun, de la que hasta entonces sólo había sido miembro", cuenta el joven. "Tenía mucho respeto por aparecer en televisión. Hoy formo parte de la red de antiguos alumnos de la Iniciativa Munathara y he hecho muchos amigos y ampliado mis conocimientos. Esta experiencia me ha cambiado la vida", subraya.
Para atraer aún a más jóvenes, la Iniciativa Munathara se apoya en campañas en las redes sociales. Antes y después de los debates, organiza el programa informal en línea "Jeel Al Jay", dirigido por jóvenes periodistas para apoyar a jóvenes promesas.