Lucha contra la malaria: enseñanzas extraídas en Tanzania para el resto del mundo

Lista de los objetivos fijados para el 2030: entre aquellos vinculados con la salud, se encuentra el de un mundo sin malaria, lo cual contribuye a un mundo sin pobreza. Y da un empuje a la economía. El programa Towards Elimination of Malaria in Tanzania permite profundizar el compromiso a largo plazo de Suiza, experta en este campo. Dos opiniones sobre este tema, entre Basilea y Dar es Salaam, y la historia de una cooperación internacional más allá de las fronteras nacionales.

Niños sosteniendo una gran mosquitera azul.

Más de 150 organizaciones en 47 países colaboran en la lucha contra la malaria. Suiza interviene en primer lugar a través de la cooperación bilateral y multilateral © Keystone

Por iniciativa de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el mes de abril estará dedicado a importantes objetivos de la Agenda 2030. Tras la Jornada Mundial de la Salud, la lucha contra la malaria pasará a ser el 25 de abril el centro de atención. Suiza tiene mucho que aportar en este tema.

Algunos datos sirven de base para poner de relieve las metas y las intervenciones en curso. En los últimos 15 años, el número de casos disminuyó un 37 % a escala mundial y el número de muertes, un 60 %. Se trata de resultados positivos que, sin embargo, no están distribuidos de manera homogénea desde el punto de vista geográfico, ya que ciertas regiones se ven más afectadas que otras por esta enfermedad. Asimismo, existen grupos de población particularmente vulnerables a la malaria, como por ejemplo, las mujeres embarazadas y los niños de menos de 5 años.

Un control eficaz de las enfermedades infecciosas reduce los riesgos globales para la salud y aumenta la seguridad y el bienestar de todos, también en Suiza. Presentamos nuevamente algunas cifras para entender mejor lo dicho: un mundo sin malaria salva millones de vidas y se traduce en un crecimiento económico cinco veces mayor en los países que erradicaron esta enfermedad (de hecho, se estima que, en los países endémicos, es decir, aquellos en los que se registran constantemente casos de malaria, el PIB es cada año un 1,3 % menor de lo que podría ser sin esta enfermedad).

Varias personas en fila van a recoger mosquiteras en un pueblo de Tanzania. Mosquitera azul en primer plano.
Del 2002 al 2016 se distribuyeron aproximadamente 70 millones de mosquiteras tratadas con insecticida gracias al programa NETCELL en Tanzania. © TEMT

El ejemplo de Tanzania: compartir a escala mundial las experiencias recogidas

En la lucha contra la malaria, Suiza es una experta que se compromete a erradicarla mediante la cooperación bilateral y multilateral, fomentando así la cooperación entre la sociedad civil, el sector privado y la comunidad científica. Pone a disposición sus competencias a través de la presencia en el territorio de instituciones de investigación, tales como Swiss Tropical y Public Health Institute (Swiss TPH), grandes empresas farmacéuticas y Product Development Partnerships, como Medicine for Malaria Venture (MMV), que ha puesto en marcha tratamientos contra la malaria.

Con la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE), Suiza brinda apoyo desde 2002 al National Malaria Control Program (NMCP) de Tanzania, que se desempeña con intervenciones de calidad a escala nacional. El Programa Global de Salud de la COSUDE confió a Swiss TPH, con sede en Basilea, la misión de promover el diálogo político global sobre la malaria que lleva a cabo la OMS mediante grupos de trabajo técnicos. Swiss TPH tiene en su haber décadas de experiencia científica y operativa sin parangón en materia de control y erradicación de la malaria. El mandato de la COSUDE provee la garantía de que las lecciones aprendidas en Tanzania se transmitan con rapidez a la comunidad global y se plasmen en directrices técnicas de la OMS, aplicables a otros países.

Como logro de esta colaboración, cabe destacar la distribución a gran escala de mosquiteras tratadas con insecticida, eficaces y resistentes en el tiempo, para cubrir los espacios donde se duerme. En efecto, se estima que cada año en Tanzania se precisan 7,5 millones de mosquiteras nuevas para reemplazar las usadas, que duran solo pocos años. Gracias al apoyo del proyecto NETCELL y a la campaña nacional Tanzanian National Voucher Scheme (TNVS), mujeres embarazadas y niños se beneficiaron, a través del sistema sanitario público, de un bono de descuento que podían cambiar por una mosquitera tratada con insecticida en un punto de venta al por menor a un precio muy reducido. Del 2002 al 2016 se distribuyeron aproximadamente 70 millones de mosquiteras gracias a este programa, en el marco del cual se realizaron campañas también en la comunidad y las escuelas. Entre el 2005 y el 2016, la mortalidad infantil por malaria en Tanzania disminuyó más de un 50 %.

Mujer entregando una mosquitera a un niño. Otros dos niños esperan en fila.
El mandato de la COSUDE a Swiss TPH garantiza que las lecciones aprendidas en Tanzania se transmitan sin dilación a la comunidad global. © TEMT

El TEMT: intervenir desde el centro hacia la periferia y desde los pueblos a la región

«El programa de control de la malaria en Tanzania está demostrando su eficacia. El 20 % de la población ya vive en distritos con un muy bajo índice de malaria. La intención es lograr que el 50 % de la población de Tanzania viva en zonas casi desprovistas de la enfermedad de aquí al 2030», explica Thomas Teuscher de la oficina de cooperación suiza en Dar es Salaam. Tanzania es un territorio subdividido en regiones que, a su vez, están subdivididas en distritos. Hay que hacer algo más para mantener los resultados del programa nacional a largo plazo y en todo el país.

Towards Elimination of Malaria in Tanzania (TEMT), en el marco del cual trabaja principalmente Swiss TPH, responde a esta exigencia, ya que respalda al país en la aplicación de una estrategia subnacional que tiene en cuenta las particularidades de las distintas regiones, a fin de reducir la transmisión de la malaria en zonas altamente pobladas a niveles tan bajos que la malaria ya no sea la causa de nuevos decesos. Un trabajo de monitoreo y de prevención, al que contribuyen todos los sectores implicados, constituye la base del programa TEMT. «Se necesita una colaboración multisectorial para evitar que el desarrollo industrial cree nuevamente condiciones más propicias para la transmisión de la enfermedad», añade Thomas Teuscher. El compromiso del sector privado asume así una importancia fundamental: operadores privados en la industria agrícola, en la construcción o incluso en el turismo colaboran para que sus acciones no pongan en riesgo las zonas vulnerables. De más está decir que solo se podrá vencer la batalla contra la malaria cuando los países vecinos hagan lo que les corresponde hacer; en este sentido, el programa TEMT prevé también brindar apoyo a actividades transfronterizas.

En una entrevista publicada por Medicus Mundi Suisse, el profesor Christian Lengeler de Swiss TPH habla de su compromiso con la lucha contra la malaria.

Los resultados alcanzados en Tanzania, también con el apoyo del programa TEMT, continúan teniendo una repercusión positiva también en otros países endémicos: «Al fortalecer la lucha contra la malaria en Tanzania, TEMT obtuvo resultados que ya se están aplicando ampliamente a escala mundial desde 2002», afirma Christian Lengeler, director de proyecto de Swiss TPH. «A modo de ejemplo, se aplicaron en Tanzania muchos aspectos de la modalidad de distribución a gran escala de mosquiteras resistentes. Más recientemente, también se desarrolló por primera vez en Tanzania la planificación descentralizada de las actividades de control basadas en análisis epidemiológicos sofisticados, que se retomó en la mayor parte de los países endémicos gracias a la contribución del Fondo Mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria (The Global Fund) y de otros donantes», agrega Christian Lengeler.

The Global Fund, la US President’s Malaria Initiative, el China Center for Disease Control and Prevention y el Gobierno nacional son las principales entidades que financian el compromiso por el control y la erradicación de la malaria en Tanzania.

Hombres descargando de un camión costales blancos con mosquiteras.
Llegan mosquiteras con una remesa tanzana urgente para luego ser distribuidas a la población. © TEMT

Fortalecer los sistemas sanitarios y fomentar los cambios sistémicos

Solo mejorando los sistemas sanitarios en todos las áreas será posible alcanzar los objetivos de la Agenda 2030. Es con esta convicción que la COSUDE lleva a cabo programas de cooperación con la intervención de los sectores público y privado, a fin de corregir las deficiencias existentes y reforzar los sistemas sanitarios nacionales. Thomas Teuscher presenta otro ejemplo extraído de Tanzania: «La COSUDE colabora con ocho contrapartes para el desarrollo (Canadá, Dinamarca, Irlanda, Corea, UNICEF, UNFPA, Banco Mundial) para respaldar financieramente al Gobierno tanzano al permitir la prestación de servicios de asistencia sanitaria básicos a toda la población, que se eleva a 60 millones de personas». Este apoyo externo de aproximadamente un dólar por persona por año para más de 6.000 clínicas en todo el país representa alrededor del 20 % de los gastos de salud anuales totales. «Este proyecto de reforma sienta las bases conceptuales e institucionales para un futuro seguro de salud nacional único (hasta el 2025), que reembolsará todos los servicios de atención sanitaria primaria prestados por las clínicas», concluye.

Una política exterior en materia de salud coherente a escala nacional y mundial

La Agenda 2030 puso de manifiesto nuevos desafíos vinculados con la salud que superan los límites nacionales. Por consiguiente, Suiza adaptó en 2019 su política exterior de salud a fin de poder contribuir aún más eficazmente a la salud nacional y mundial. El enfoque de Suiza se basa en derechos humanos, al promover el acceso equitativo a la atención sanitaria para todos en todo el mundo, y en una mayor justicia social, al tomar en cuenta las necesidades de los grupos de población más pobres y vulnerables. El compromiso de la COSUDE en la cooperación internacional, el desarrollo y la investigación de enfermedades tropicales desatendidas responde a estas prioridades.

Cooperación internacional

La cooperación internacional (CI) de Suiza se basa en la Estrategia de Política Exterior (EPE) de la Confederación y persigue combatir la pobreza en los países en desarrollo y contribuir a su desarrollo sostenible. Con este fin, la CI si basa en tres pilares: la ayuda humanitaria, la cooperación al desarrollo y el fomento de la paz y la seguridad de las poblaciones afectadas. (Estrategia de cooperación internacional 2021–2024).

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