Los y las jóvenes suizas no se quedaron atrás. Llegaron con sus mochilas cargadas de entusiasmo, ganas de contribuir, conocimientos, deseos de aprender y, sobre todo, con ese sentimiento enorme de solidaridad con un pueblo que apenas conocían, que distaba 9,000 kilómetros de su tierra pero que estaba haciendo historia. Además de su trabajo voluntario, estos jóvenes y profesionales dieron forma a una nueva expresión de la solidaridad: los hermanamientos entre ciudades de Suiza y de Nicaragua. Fue así que, hace casi 45 años La Trinidad y Delémont y San Marcos y Biel/Biene crearon vínculos de hermanamiento que siguen vigentes.
Hans Muller fue uno de esos jóvenes que llegaron a Nicaragua y fundaron el hermanamiento San Marcos – Biel/Bienne. Hoy cuenta orgulloso que uno de los proyectos estrellas del hermanamiento apoya la educación preescolar y busca fortalecer la formación de docentes de San Marcos en educación inicial. También contribuyen con la biblioteca municipal y debido a la emergencia con los huracanes Eta e Iota a finales de 2020, apoyaron a 200 pequeños productores que perdieron sus cosechas, lo que significó el alivio para sus familias, unas mil personas en total. El deporte no se queda atrás y producto de este hermanamiento un grupo de niños entre 6 y 11 años tienen su propio equipo de futbol, que, aunque al inicio perdía todos los partidos, ya ha logrado ganar y mantenerse en las ligas infantiles.
El agua es un vínculo importante en el hermanamiento La Trinidad – Delémont, del que Jean Parrat es miembro activo desde sus inicios. Junto a los demás miembros del Groupe Nica logran movilizar un promedio de 80 mil dólares al año en proyectos de vivienda y de agua y saneamiento, una octava parte de este financiamiento viene de la recaudación por cobro del servicio de agua en la municipalidad de Delémont. Una gota de agua se denomina al mandato establecido oficialmente por el cual, por cada 1.93 francos suizos recaudados (costo de un metro cúbico de agua servido), un centavo va para los proyectos impulsados por el hermanamiento con La Trinidad. El resto se logra recaudar a través de distintas modalidades que incluyen el aporte directo de ciudadanos y ciudadanas de Delémont.
Una amistad es duradera si está cimentada en buenos valores, la solidaridad y el compromiso lo son. Así es como estos hermanamientos y las personas que en Suiza y en Nicaragua los hacen posibles han logrado sostenerse durante más de cuatro décadas. Existen desafíos, uno de ellos es la incorporación de nuevos jóvenes suizos a estas iniciativas, como señalan Hans y Jean. Aunque hay algunos, sería ideal que más jóvenes formasen parte de estos hermanamientos y así la amistad entre estas ciudades pueda aun perdurar más.