El caso Swatch

El grupo Swatch reviste un papel particularmente importante en la historia de la relojería suiza. No solamente posee una gran participación en el mercado, también ha sorteado la crisis más grande del sector a finales de los años 1970.

Estimaciones falsas

Como potencia mundial en la industria relojera y reina incuestionada en la producción de marcas de lujo Suiza subestimó ampliamente los efectos de la tecnología de cuarzo para el mercado relojero. Dejó que otros países desarrollaran esta innovación, sobre todo japoneses y estadounidenses.

Debido a este hecho, las naciones competidoras lograron desarrollar relojes precisos y a la vez económicos, con lo cual empezaron a dominar el mercado. Esto supuso para la industria relojera suiza un golpe duro: las ventas sufrieron un bajón dramático y muchas empresas lucharon contra la quiebra.

Fue el asesor económico Nicolas Hayek quien logró reavivar el mercado relojero helvético: consiguió que el reloj se estableciera como un accesorio que expresa la personalidad del portador, ¡una revolución en el mercado relojero!

Precio, precisión y marketing

Bajo la insignia Swatch, este reloj de cuarzo, que combinaba alta calidad con un precio asequible, hizo su entrada en el mercado suizo en 1983. La primera colección constaba de doce modelos a precios moderados (entre 39 y 50 francos).

Swatch era un reloj económico. Poseía 51 componentes y no 90 como relojes convencionales, y la producción automática se realizaba en una cadena de fabricación —una absoluta novedad en el mercado suizo—. El éxito llegó enseguida y en todas las partes del mundo. Swatch salvó el entero sector. La industria relojera suiza despertó del letargo y recobró el liderazgo mundial.

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